Me cuenta con tristeza que en abril va a cumplir 50 años. Sus ojos se quedan clavados en el horizonte, pensativo. Entró con 22 años. Pablo me genera muy buena impresión, tiene muy buena energía. Le pregunto qué le gustaría que la gente supiera de su caso. Me pide que le cuente al mundo que no tuvo un juicio justo. Me cuenta que en plena fase de selección del jurado uno de los que terminaron formando parte del jurado dijo algo así: «No importa la evidencia que me muestren, mi idea del caso no va a cambiar». Me dice indignado cómo el detective Manzella, cuando le interrogó, grabó la conversación con una grabadora y cómo lo que le contó no le gustó. Nunca apareció esa grabación.

Visita a Pablo Ibar: las irregularidades del juicio

Hablamos de muchas cosas. El Jurado no pudo conocer la evidencia del caso que sí pudo conocerse en el juicio que exoneró a Seth Peñalver en el 2012, como fue el borrado de cintas de la discoteca de la víctima Casimir Sucharski en custodia policial. Me cuenta que el laboratorio mandó «por error» dos tubos de ADN de Pablo a la oficina del fiscal Chuck Morton que «nadie sabe dónde están».

Comentamos la gravedad de todo lo que ha ocurrido en su caso. Me pregunta por el acto de la Universidad de Miami en el que he estado con su hermano Michael. Me pregunta por el caso de Nelson Serrano. Se queda muy sorprendido del caso de Nelson, con el que coincidió en el patio del Corredor de la Muerte en alguna ocasión.

Mensaje de Pablo Ibar: ¡Gracias!

Me pide que traslade un mensaje de agradecimiento a todas las personas que le apoyan. Tiene esperanzas de que la apelación prospere por la cantidad de violaciones constitucionales que se produjeron en el último juicio.

En un momento de nuestra conversación Pablo ve que un preso y su pareja no tienen comida en la mesa. Se levanta y les lleva algo de comida de la que hemos comprado. Pablo es una persona generosa. Algunos presos se acercan a saludarle.

Entramos a la fase final de la visita. Nos hacemos unas fotos y regresamos al comedor en el que entramos. Seguimos conversando. Le digo que no sé cómo ha podido aguantar tanto. Los funcionarios comentan por megafonía que faltan diez minutos para que termine la visita y que nos vayamos despidiendo.

Visita a Pablo Ibar: la despedida

Pablo me cuenta que trabaja en la prisión en todo lo que se le presenta. Quiere alejarse de los problemas de pandillas. Se nota que le ha dado bastante el sol por los trabajos que realiza al aire libre. La visita ha sido muy especial. He hemos estado alrededor de cuatro horas juntos. Llega el momento de despedirse. Le digo que le prometí que vendría a visitarle y que me comprometía a regresar, a menos que ya no estuviera allí y toda esta pesadilla hubiera ya terminado. Nos abrazamos y nos despedimos. Era muy triste pensar que Pablo regresaba al «infierno» y yo regresaba a mi casa. Desde ese punto en el que nos despedimos, cinco puertas separaban a Pablo de la libertad. Al regresar a despedirme de la familia de Tanya antes de iniciar mi viaje de regreso, entro de nuevo en la casa donde vive Tanya con sus hijos y sus padres. La presencia de Pablo se siente en esa casa que está llena de fotos suyas. Era imposible no imaginar a Pablo cruzando en algún momento esa puerta y llenar de luz esa casa. Era inevitable pensar que ese momento haría feliz a mucha gente. Esta familia se merece poder lograr la Libertad de Pablo. Sus hijos nunca han podido ver a su padre en libertad. Sus hermanos pequeños lo conocieron por primera vez a través de un cristal.

MICROMECENAZGO – CROWDFUNDING

Por su parte, la Asociación Pablo Ibar – Juicio Justo continúa trabajando en la recaudación de fondos entre las instituciones, organismos y también entre la ciudadanía que permitan costear la apelación. El presupuesto para esta fase es de 200.000 dólares (164.200 euros).

La asociación mantiene una campaña de crowdfunding para que quien desee pueda colaborar en hacer frente a los gastos. Se pueden realizar las aportaciones a través de la web www.pabloibar.com, así como por las redes sociales.

Pablo Ibar es una persona inocente, ayúdanos a traerlo de vuelta a su casa.

Hay un buen resumen del caso de Pablo Ibar en Wikipedia.